miércoles, 8 de diciembre de 2010

LOS PROTAGONISTAS DE LA REFORMA


La Reforma intentó convencer al papa y a los altos dignatarios de la curia romana de volver a las fuentes del cristianismo más primitivo y puro y de seguir al pie de la letra la palabra de Dios, tal y como estaba escrita en la Biblia.


"La mente humana es una fábrica de ídolos". (Juan Calvino).

Por diferentes razones, algunas religiosas, otras de Estado y también sentimentales, durante parte de los siglos XV y XVI la Iglesia católica sufrieron una de sus grandes crisis con la aparición de la Reforma. Este movimiento intentó convencer al papa y a los altos dignatarios de la curia romana de volver a las fuentes del cristianismo más primitivo y puro y de seguir al pie de la letra la palabra de Dios, tal y como estaba escrita en la Biblia.
Clemente VII
Uno de los primeros en atacar a la Iglesia fue Martín Lutero, quien con sus famosas 95 tesis desafió el poder del papado, dándole a la Reforma un sustento doctrinal que le permitió poner en aprietos a un sistema religioso con más de mil años de antigüedad.
Menos espiritual, pero no por eso menos eficiente, fue la participación de Enrique VIII, rey de Inglaterra, en la expansión de la Reforma a sus territorios, separándose de la influencia de Roma y sentando las bases de la Iglesia anglicana. La causa: el rechazo del papa Clemente VII a la petición de divorcio que le solicitó el monarca para buscar el tan ansiado heredero varón de su dinastía en otra esposa.

Sin embargo, sería Juan Calvino, con sus conocimientos, estudios y notables dotes organizativas, quien jugaría un rol fundamental en la definitiva expansión del protestantismo por el mundo, consolidándolo como una nueva religión, aunque con su propio sello: el calvinismo.
El Sacro Imperio Romano y la dieta

El Sacro Imperio Romano fue un organismo político que abrazó la mayor parte de Europa central desde el año 962 hasta 1806. Se le llamaba romano porque pretendía ser la continuación de la Roma imperial: y sacro porque originalmente pretendía una soberanía sobre toda la cristiandad.

La dieta (en alemán: Reichstag) del Sacro Imperio Romano era una asamblea deliberativa o legislativa convocada irregularmente. El emperador Carlos V la organizó en tres cuerpos: electores, príncipes y representantes de las ciudades imperiales.
Teóricamente, el jefe del Sacro Imperio Romano era elegido por los electores. En un comienzo fueron siete, pero con el tiempo su número subió hasta nueve.

Martín Lutero

Datos biográficos
Martín Lutero nació en 1483, en Sajonia (parte de la actual Alemania). Era hijo de un leñador pobre; sin embargo, gracias a un mecenas, a los 22 años pudo ingresar a un monasterio para convertirse en sacerdote dos años más tarde.

Contra la Iglesia católica
Lutero viajó a Roma en 1510 y quedó desilusionado por el lujo y relajo que vio en la clase sacerdotal. De regreso en su tierra se doctoró en teología e inició sus clases en la Universidad de Wittenberg, donde afirmó que, según la Biblia, la salvación estaba solo en la fe en Jesucristo.
Eso significaba, para Lutero, que la Iglesia se había apartado del evangelio implantando la mediación de sacerdotes entre el hombre y Dios, por sobre la única de Cristo, y que muchas de las prácticas que imponía eran inútiles.

Las indulgencias
Para financiar la construcción de la basílica de San Pedro, el papa León X ideó vender 
indulgencias, es decir, permitir que los fieles compraran el perdón de sus pecados a la Iglesia.
Fue como protesta contra las indulgencias que Lutero clavó sus 95 tesis (proposiciones) en las puertas de la iglesia de la Universidad de Wittenberg en 1517, acción que dio comienzo a la Reforma.
Asimismo, el monje alemán redobló las críticas contra la organización de la Iglesia y la autoridad del papa y negó sus dogmas. Cuando el papa lo excomulgó en 1520, Lutero quemó la bula de excomunión en la plaza de la Universidad de Wittenberg.

Preocupación imperial
Lutero también enfrentó en 1521, en Worms, a Carlos V, emperador de Alemania y rey de España, el cual era un ferviente católico y estaba preocupado porque las ideas de Lutero podían dividir su imperio. Sin embargo, como el monje no se arrepintió, fue condenado, lo que significaba que podía ser enviado a la hoguera.
El fraile fue rescatado por el elector Federico de Sajonia, que ya antes lo había protegido, y ocultado en el castillo de Wartburgo. Mientras se encontraba allí, Lutero tradujo la Biblia al alemán corriente, lo que popularizó este libro entre la gente más sencilla y marcó un hito en la consolidación del idioma alemán.

Muerte de Lutero
Máscara Mortuoria de Lutero
Cuando Lutero salió de Wartburgo, su doctrina se había extendido ampliamente y había sido 
adoptada por señores poderosos. Por ello, Carlos V aceptó el luteranismo (nombre dado en honor a su fundador), aunque sin dejarlo extenderse más, en una resolución acordada en la Dieta de Spira, en 1529. Al protestar los luteranos, pasaron a ser conocidos como protestantes.
Para evitar una guerra religiosa, Carlos V convocó a la Dieta de Augsburgo en 1530, la cual fracasó, pero obtuvo de los luteranos la sistematización por escrito de los principios básicos de su fe (que fue conocida como la Confesión de Augsburgo). Sin embargo, los luteranos se agruparon en una coalición militar: la Liga de Esmalcalda (1531). Esta liga se alió con los reyes de Francia y de Dinamarca contra Carlos V, dando origen a una serie de guerras.
Entretanto, Martín Lutero, que se había casado en 1525 con Catalina von Bora, una monja que había dejado el hábito, continuó promoviendo la Reforma hasta 1546, fecha de su muerte en Eisleben, la misma aldea donde había nacido.

Enrique VIII
Datos biográficos
Enrique VIII era hijo del rey Enrique VII y de Isabel de York. Nació en 1491, en Greenwich, Inglaterra. Recibió una completa educación que abarcó tanto los deportes como las artes, lo que le permitió componer música y escribir versos. Su juventud fue relajada, aunque se dedicó a estudiar teología. Con posterioridad, usó su talento y gran personalidad para atacar a Lutero, lo que le valió el título de defensor de la fe católica, que le otorgó el papa León X. En 1509 asumió como rey de Inglaterra ante la muerte de su padre.

Su ruptura con Roma
Thomas Cranmercomo
A pesar de que el monarca inglés era considerado un garante de la fe católica, esta situación cambiaría en forma radical. Enrique VIII necesitaba de un sucesor para continuar con la dinastía Tudor, a la cual él pertenecía. Su primera esposa, Catalina de Aragón, viuda de su hermano Arturo, no había tenido hijos varones, por lo cual decidió separarse de ella en 1527 (argumentando que existía un parentesco previo entre ellos) para casarse con Ana Bolena. Sin embargo, el papa Clemente VII no quiso anular su matrimonio, debido en gran parte a la presión que ejerció sobre él Carlos V (emperador de Alemania y rey de España), profundamente católico y sobrino de Catalina. Luego de varios años evitando un conflicto con
 el papado, en 1531, y aprovechando el desencanto de los sacerdotes ingleses que no pertenecían a ninguna orden religiosa o que no vivían en monasterios, por la riqueza acumulada por el resto del clero y por la excesiva fiscalización del papa, se hizo reconocer jefe de la Iglesia de Inglaterra, rompiendo con Roma. Ya con el poder político y religioso concentrado en su persona, Enrique nombró al sacerdote Thomas Cranmercomo arzobispo de Canterbury. Este anuló su primer matrimonio en 1533 y confirmó el que ya se había realizado en secreto con Ana Bolena. Al año siguiente, el parlamento inglés aprobó el Acta de Supremacía, por la cual Enrique VIII quedaba de manera oficial como jefe supremo de la Iglesia de Inglaterra o Anglicana, consumando en forma definitiva la separación de la Iglesia de Roma y sustrayendo de esa manera su país del dominio económico y político del papado.

Persecuciones
Con el fin de lograr el control absoluto sobre los bienes eclesiásticos y solucionar problemas económicos, el rey clausuró cientos de monasterios y se apropió de sus tierras. Sin embargo, mantuvo los dogmas católicos fundamentales, lo que no impidió que quemara a los protestantes por heréticos y ahorcara a los católicos que mantenían fidelidad al papa por traidores, entre estos al destacado humanista Tomás Moro y al obispo de Rochester, John Fisher. Su consejero, Thomas Cromwell, odiado por el pueblo, fue el principal ideólogo de esta campaña del terror.

Muerte de Enrique VIII
Aparte de dejar echadas las bases de un nueva iglesia en Inglaterra y de ser un monarca despótico y cruel, este rey fue también un hábil estadista. Fortaleció el poder real, el Parlamento fue su instrumento político aunque, a la vez, el órgano representativo del reino. Extendió la influencia de Inglaterra en Europa, aumentó su poderío naval y buscó el equilibrio entre las demás potencias, primero luchando contra Francia aliándose con Carlos V, y después combatiendo contra él cuando consideró que había incrementado mucho su poder, para lo cual se unió con su antiguo adversario Francisco I (rey de Francia). Además, incorporó al País de Gales y a Irlanda a Inglaterra e incursionó con éxito contra Escocia, aunque no la pudo agregar a su reino. Sin embargo, a finales de su período las tensiones religiosas se agudizaron y se desarrolló una profunda crisis socioeconómica. Enrique VIII murió el 28 de enero de 1547 en Londres y lo sucedió en el trono su hijo Eduardo VI, quien todavía era un niño.

Las Esposas de Enrique VIII (ooops)
Enrique VIII fue famoso también por sus numerosos matrimonios. Su segunda esposa, Ana Bolena (la primera fue Catalina de Aragón), que le había dado una hija, la futura Isabel I, fue decapitada acusada de adulterio en 1537. La tercera esposa fue Jane Seymour, quien tuvo un hijo varón, pero ella murió en el parto. Posteriormente, Enrique se casó con Ana de Cleves, solo para aliarse con los alemanes protestantes, y a quien repudió después de seis meses; con Catherine Howard, a quien mandó a ejecutar por alta traición y, finalmente, con Catherine Parr, la que le sobrevivió.


Europa bajo el poder de los Reyes Chavalillos

A comienzos del siglo XVI, Francia, Inglaterra y España eran monarquías rivales, las mayores de Europa, ricas y centralizadas, y las únicas capaces de poner en pie ejércitos poderosos.
En 1516 estos tres grandes reinos estaban bajo el gobierno absoluto de tres muchachos: Enrique VIII, rey de Inglaterra, de 25 años; Francisco I, rey de Francia, de 21 años, y Carlos V, rey de España, 16 años. Las rivalidades de estos tres jóvenes fueron las que decidieron el destino de Europa.





Juan Calvino

La Gran Iglesia de Debrecen, Hungría, construida por los seguidores de Calvino. Esta ciudad llegó a ser la capital protestante de ese país.

Mientras que una parte de Alemania y otros Estados, como los reinos escandinavos, adoptaban la Reforma de Lutero, una reforma más radical se predicaba por el francés Juan Calvino, y se aplicaba por primera vez en Suiza, en Ginebra.

Calvino había nacido en la ciudad francesa de Noyón, en 1509. Estudió literaturas clásicas y teología, pero no fue sacerdote. La lectura de unos sermones de Lutero lo conquistó a las nuevas ideas religiosas. Pero en vez de ser un seguidor cualquiera, concibió un sistema personal de teología, dentro del marco del protestantismo. En 1553, como Francisco I empezase a perseguir a los reformados, huyó de París, y se refugió en Basilea (Suiza). Allí fue donde concluyó y publicó su célebre obra Sistema de la religión cristiana, dedicada a Francisco I.
El rasgo más importante y característico del calvinismo es su concepto extremado y rígido de la predestinación. Según él, desde la eternidad, desde antes de la creación del mundo, Dios eligió, por su gracia y amor, a un cierto número de sus criaturas para salvarse; nada, ni pecados repetidos, ni esfuerzos heroicos hacia la virtud, podrían jamás modificar esta voluntad divina. Calvino no admitía más que dos sacramentos: el bautismo y la comunión. Suprimía todas las ceremonias del culto, el altar, el crucifijo y toda jerarquía entre los sacerdotes -él decía los pastores o los ministros-, elegidos por los fieles y encargados de decir las oraciones y de predicar.

Calvino en Ginebra (No, no es bebida)
De Basilea, Calvino fue llamado a Ginebra para enseñar allí teología. Tenía entonces veintiséis años y un carácter autoritario, áspero e inflexible. Trató de imponer sus creencias a los ginebrinos y reformar tanto sus costumbres como su culto. Los ginebrinos lo expulsaron al cabo de dos años. Pero los partidarios de sus doctrinas obtuvieron que fuese vuelto a llamar en 1541. Desde entonces fue el dueño de Ginebra, y reinó allí como un tirano. Duro consigo mismo, fue duro con los demás. Según él, era preciso procurar la salvación de los ginebrinos aunque estos se opusieran. Vigilaba la vida privada de cada uno, reglamentaba la manera de vestir y de cubrirse o adornarse la cabeza, y condenaba con multas a los que oraban en latín, jugaban a los dados o reían en un sermón. Enviaba a la muerte a cualquier que le combatía o no participaba de sus creencias. El teólogo y médico español Miguel Servet, descubridor de la circulación de la sangre, que había publicado un libro donde negaba la divinidad de Cristo, fue preso en Ginebra y quemado vivo (1553).
Miguel Servet

Bajo la dirección de Calvino, Ginebra llegó a ser la Roma del protestantismo. La Academia que Calvino creó allí, fue el gran seminario de donde salieron los misioneros de la nueva religión, animados de la más ardiente fe. De Ginebra, más bien que de Alemania, fue de donde se repartió el protestantismo en Francia, y después en los Países Bajos y Escocia.
La condena a Servet. 

Uno de los episodios más tristes en la vida de Calvino fue la condena a muerte que impuso a Miguel Servet, un prestigioso teólogo y médico español. Servet había publicado un libro donde negaba la divinidad de Cristo porque no creía en la doctrina cristiana de la trinidad.
Sin embargo, lo que influyó más en Calvino para tomar su decisión fue el documento que elaboró Servet describiendo la circulación de la sangre en los hombres, tema que el humanista francés reprobaba de manera tajante. Es así como Servet, huyendo de la Inquisición católica, buscó refugio en Ginebra. Pero allí fue juzgado por Calvino y condenado a morir en la hoguera.

LOS PRECURSORES DE LA REFORMA O "HASTA QUE EL DINERO NOS SEPARE"


 La oposición a la Iglesia se hizo particularmente violenta en Alemania, porque se protestaba contra las grandes sumas de dinero recolectadas entre sus ciudadanos y que eran enviadas a Roma. Pero causaba especial indignación la venta de indulgencias (o perdón).


"La fe debe sofocar toda razón, sentido común y entendimiento". (Martín Lutero).

Esta revolución religiosa del siglo XVI no fue nueva y tuvo precedentes que vienen del siglo XIV, con el Gran Cisma (división). Los escándalos de este movimiento repercutieron en toda la cristiandad y provocaron en todas partes violentos conflictos. Durante cincuenta años, entre 1378 y 1429, Europa estuvo dividida entre dos papados, uno en la ciudad de Aviñón (Francia) y el otro en Roma.
A principios del siglo XV se produjo un poderoso movimiento de reforma, dirigido por los doctores de la Universidad de París, quienes vieron que el papado estaba debilitado y quisieron transformar la Iglesia presentando sus ideas en dos concilios ecuménicos, el Concilio de Constanza (1414-1417) y el Concilio de Basilea (1431-1433). Sin embargo, los doctores parisienses no consiguieron su objetivo y el papado logró permanecer dueño de la Iglesia, sin realizar ninguna reforma.
No obstante, esta crisis dejó debilitada su autoridad, y por esto el camino para la revolución se vio favorecido. Esto, sumado a la influencia de las corrientes renacentistas, hizo que los hombres del siglo XVI empezaran a criticar las doctrinas y los ritos de la Iglesia, y que en todos los países se alzaran voces pidiendo una reforma interna de la misma.

Lutero y la querella de las indulgencias
Papa León X
De esta manera, las protestas en Alemania aumentaron cuando el Papa León X decidió vender estas indulgencias para financiar la construcción de la Basílica de San Pedro. El encargado de aquella distribución fue un monje dominico llamado Johann Tetzel, que recibió como contrapartida del monje agustino (congregación rival de los dominicos) Martín Lutero (1483-1546) una lista con 95 tesis (proposiciones) en contra del tráfico de indulgencias, publicada el 31 de octubre de 1517. Los dominicos replicaron a Lutero con 110 contraposiciones, y así quedó trabada la llamada querella de las indulgencias, que inició la Reforma.
En un principio, el Papa no vio en aquello más que una simple “contienda de frailes”, pero la disputa se fue haciendo cada vez más agria. De hecho, Lutero se fue apartando de las doctrinas de la Iglesia al sostener que tanto las obras (ayuno, penitencias, etc.) como los sacramentos eran inútiles y que debía suprimirse la clase de los clérigos y monjes, cuyos votos eran innecesarios. Así, el Papa tomó la decisión de excomulgarlo (1520) y Lutero, en rebeldía, le respondió quemando la bula (documento papal) en la que se le informaba de esta 
determinación. La ruptura con el Papa fue, entonces, definitiva.

Carlos V (Sí el del Chocalate!!!) y la Ciudad de Worms

En el momento en que Lutero fue excomulgado ocupaba el trono del Sacro Imperio RomanoCarlos V, rey profundamente católico, que hubiera deseado castigarlo; pero como muchos príncipes alemanes simpatizaban con sus ideas, entendió que debía escucharlo antes de condenarlo.
El emperador convocó a la Dieta, que se reunió en la ciudad de Worms (1521) y ante la cual concurrió Lutero, quien manifestó que no estaba dispuesto a retractarse de sus opiniones, a no ser que se le demostrara con la Biblia que estaban equivocadas. Frente a esta postura, la Dieta decidió condenarlo. Pero Lutero, que había concurrido a Worms con un salvoconducto, recibió la protección del elector Federico de Sajonia, uno de sus más entusiastas partidarios, quien lo ocultó en su castillo de Wartburgo.
Lutero vivió dos años en Wartburgo, desde donde dio gran impulso al movimiento reformista. Escribió numerosos panfletos y tradujo la Biblia al alemán, pero la iniciativa que tuvo mayor repercusión fue su llamado a confiscar a la Iglesia sus tierras y riquezas, y secularizarlas (aplicarlas a uso laico). Esto provocó una violenta guerra social que Carlos V trató de detener convocando la Dieta de Spira (1529), donde se resolvió tolerar el luteranismo donde ya existiese, pero no permitir su propagación a nuevas regiones. Esta resolución no fue aceptada por los luteranos, quienes protestaron en contra de ella, que es de donde derivó el nombre de protestantes con que, desde entonces, se acostumbró llamar a los partidarios de la Reforma.

La Confesión de Augsburgo
Lo único que Carlos V deseaba era que volviera la paz religiosa a Alemania, y para ello pidió a Lutero que sistematizara por escrito su doctrina y que la expusiera en 1530 en la Confesión de Augsburgo. Sin embargo, la Dieta fracasó en su intento conciliador y, finalmente, el emperador dio a los protestantes un plazo de seis meses para retractarse, vencido el cual se les perseguiría sin descanso.
Los luteranos resolvieron oponer resistencia a la fuerza imperial y formaron la llamada Liga de Esmalcalda (1531), una verdadera coalición militar, que de inmediato entró en alianza con los reyes de Francia y de Dinamarca, adversarios de Carlos V. Este resolvió reducir por la fuerza a los luteranos, dando comienzo a una serie de guerras que terminaron con la paz de Augsburgo (1555). Este acuerdo estipuló que cada príncipe podía elegir entre catolicismo y luteranismo, y que los súbditos debían seguir la religión de su príncipe; también, reconoció la validez de las secularizaciones ya efectuadas, pero se prohibieron para el futuro.

Martín Lutero y su doctrina

La doctrina de Lutero se basaba en el principio de la salvación por la fe, y partiendo de esta premisa estructuró sus ideas en cuatro puntos principales: -Libre examen y rechazo de todo intermediario entre el hombre y Dios. -Reconocimiento de sólo dos sacramentos: el bautismo y la comunión. -Supresión del culto a la Virgen y a los santos, así como la creencia en el purgatorio. -Supresión de la parte sacrifical de la misa, del celibato eclesiástico, del lujo en los templos. En cambio, se fomenta la lectura y explicación de la Biblia, la oración en común y el uso del canto coral.

¿Sabías que?

La expresión “darse vuelta la chaqueta” (sinónimo de cambiar de opinión) se originó durante la Reforma, cuando católicos y calvinistas llevaban túnicas de diferente color, que solían volver al revés para salir de algún apuro con sus rivales.

REDESCUBRIENDO EL PASADO O EL HOMBRE CONTRAATACA

El Renacimiento es considerado uno de los momentos más brillantes e importantes de la Historia, ya que los artistas, entre los siglos XV y XVI, crearon obras maestras difícilmente imitadas después, y durante él se logró ampliar el campo del pensamiento y de la actividad intelectual.
Entre los factores que propiciaron esta nueva época cultural se encuentran:

-La irrupción de una clase poderosa y dominante, que se había enriquecido como consecuencia de la prosperidad que vivieron algunas ciudades italianas, Florencia y Venecia, y que fueron claves para el desarrollo de las artes y las letras renacentistas.

-El derrumbe de las convenciones que habían limitado la libertad de pensamiento y acción en la Edad Media.

En esa época los hombres habían pensado más en el Cielo que en la Tierra, mientras que en 
el Renacimiento surge una nueva visión del mundo, centrada en el hombre y orientada hacia los valores de la naturaleza. El individualismo, el afán de gloria y libertad son las características de este nuevo período.
En un sentido amplio, el Renacimiento significó un cambio en todos los aspectos de la vida de la sociedad europea. Sin embargo, el término Renacimiento tiene un sentido más restringido, que se refiere al ambiente cultural de los siglos XV y XVI, caracterizado por el "renacer" de la cultura grecorromana. El concepto fue usado por primera vez por el artista italiano Giorgio Vasari (1550), quien hablaba de "Rinascita".

La época renacentista se divide en tres períodos:
-Principios del Renacimiento (1425-1500)
-Alto Renacimiento (1500-1530)
-Manierismo (1530-1580)

Redescubriendo el pasado
Francisco Petrarca
Juan Bocaccio
Durante el Renacimiento, el mundo clásico grecorromano se consideró 
digno de admiración. Y, por el contrario, la cultura medieval fue vista como un paréntesis de oscurantismo y, en 
consecuencia, se la despreció.
Este nuevo aprecio por la cultura clásica constituyó lo que se llamó Humanismo, porque se entendió que sólo el estudio de la Antigüedad podía hacer al hombre "verdaderamente humano". El Humanismo tuvo su origen en Italia en el siglo XV, con los escritores florentinos Francisco Petrarca y Juan Boccaccio.
Los sabios humanistas se concentraron en reunir y analizar los escritos de la Antigüedad conservados a través de los siglos, por lo que se lanzaron a revisar los archivos de los conventos e iglesias.
Pero el Humanismo fue algo más que el simple estudio de la cultura clásica. Se instaló como una nueva actitud de vida, que revalorizaba al ser humano, su inteligencia y su amor a la naturaleza. El individuo de esta época sintió plena confianza en sus aptitudes y poder creativo. Pocas veces en la historia ha habido tantas personas geniales.

Los mecenas
Muchas de las obras que nos han llegado del Renacimiento no hubiesen podido realizarse sin el auspicio de los mecenas. El término mecenas proviene del nombre de Caius Clinius Maecenas, un estadista romano que se hizo famoso como benefactor de las artes en tiempos del emperador Augusto. Así, siguiendo este buen ejemplo, los poderosos del Renacimiento facilitaron su ayuda material y su protección política a arquitectos, pintores, escultores e intelectuales.
Papa Nicolás V
Lorenzo el Magnifico
Los mecenas incluían a papas y obispos, reyes y príncipes, banqueros y comerciantes, quienes reunieron obras clásicas, llamaron a los conocedores de la literatura clásica, distinguieron a los humanistas con su amistad personal y encargaron la realización de innumerables obras de arte.
Entre los más celebrados mecenas se contaron la familia Médici y los papas romanos. Los Médici fueron una poderosa familia de banqueros florentinos, cuyo integrante más conocido fue Lorenzo El Magnífico, ferviente admirador de Miguel Ángel y quien logró reunir en Florencia a ilustres literatos y artistas. Entre los papas destacaron Nicolás V, quien contrató centenares de copistas para que reprodujeran obras clásicas, y el Papa Julio II, quien hizo innumerables encargos a Miguel Ángel.




LA CRISIS DE LA IGLESIA

La Reforma corresponde a una gran revolución religiosa que rompió la unidad de la Iglesia Católica en el siglo XVI, separando de ella a todos los que aceptaban las nuevas doctrinas, conocidas bajo el nombre de protestantismo.
En Alemania, la oposición a la Iglesia Católica fue especialmente violenta.
El siglo XVI no es sólo el siglo del Renacimiento. También es el siglo de la Reforma, considerado uno de los grandes movimientos religiosos en el seno del cristianismo. La Reforma corresponde a una gran revolución religiosa que rompió la unidad de la Iglesia Católica en el siglo XVI, separando de ella a todos los que aceptaban las nuevas doctrinas, conocidas bajo el nombre genérico de protestantismo.
En el surgimiento de la Reforma no sólo influyeron causas religiosas, sino también políticas, intelectuales y económico-sociales.

Causas religiosas
Papa León X
A principios del siglo XVI, la Iglesia se encontraba en un profundo estado de decadencia y de crisis. La riqueza material de esta época hizo que se produjera corrupción y relajación de 
las costumbres entre parte del clero, lo que afectaba hasta las más altas jerarquías, incluido el 
papado. Todos buscaban aumentar al máximo sus ingresos, ya sea para velar por el futuro de sus familias, satisfacer su gusto por el lujo o proteger a sus artistas favoritos.
Se sabía que el Papa Alejandro V de Borgia llevaba una vida escandalosa, y que el Papa León X sólo se había ocupado de las bellas artes. El resto del clero no lo hacía mal; se dice que los obispos, en Alemania, poseían la tercera parte de las tierras y vivían como grandes señores.
Tales excesos despertaron poderosas críticas e insistentes exigencias en favor de una reforma que los suprimiese de raíz.

Causas intelectuales
La difusión de la Biblia, hecha posible gracias a la imprenta y que puso al alcance de todos la palabra de Dios, fue generando un clima crítico con respecto a los dogmas y organización de 
la Iglesia.
La lectura y la meditación de la Biblia creó, en algunos, una actitud detractora frente a las ideas religiosas aceptadas por la Iglesia que no tuviesen una base estricta y literal en este libro. Esta apreciación de la Biblia como única fuente de creencia religiosa fue el más poderoso germen de la Reforma.

Causas político-económicas
Durante la Edad Media se produjeron, muchas veces, conflictos entre 
los papas y los gobernantes, reyes o emperadores de los diversos Estados europeos. Si bien estas disputas no llegaron a afectar la unidad de la fe, fueron evidencia del resentimiento que sentían los reyes frente a los papas. Y por ello, los gobernantes lucharon por aumentar su poder sobre el clero y tratar de reducir los derechos del Sumo Pontífice.
A esto se agrega que entre los ingleses, alemanes y escandinavos surgió un movimiento reactivo en contra de la obediencia a Roma. Para estos países, adoptar la Reforma era afirmar su sentido de nacionalidad frente a la catolicidad representada por el papado romano.
Por otra parte, la Reforma halló campo fértil en países en que el capitalismo se había desarrollado (Alemania, Países Bajos e Inglaterra). Esto, porque las clases enriquecidas, gracias al comercio y al monopolio, sabían que la Iglesia veía con malos ojos el origen de sus ganancias. Además, algunos reyes y nobles vieron que separándose de la Iglesia Católica podrían adueñarse de sus extensas posesiones.

LA EXPANSIÓN DEL RENACIMIENTO

Da Vinci, Miguel Ángel y Rafael no fueron los únicos que descollaron en el Renacimiento, ya que hubo otros artistas que aportaron sus talentos al desarrollo de esta época. En los inicios de la pintura renacentista destacaron Masaccio (Tommaso di Ser Giovanni), fra Angélico, Paolo Uccello. Luego, en la segunda parte del siglo XV, Piero della Francesca y Botticelli, y los venecianos Tiziano, Tintoretto y Veronés. En la arquitectura del Cinquecento el maestro fue Donato Bramante, quien realizó los planos de la nueva basílica de San Pedro. La literatura tuvo a sus máximos exponentes en Dante Alighieri, con su obra la Divina Comedia –aunque se ubica más entre la etapa final de la Edad Media y principios del Renacimiento–, además de los poetas Ludovico Ariosto, quien escribió Orlando Furioso y Torcuato Tasso, con su Jerusalén libertada. En la música alcanzó su apogeo la de tipo vocal polifónica (donde varias voces e instrumentos forman un todo armonioso) y profana, destacando Giovanni Pierluigi da Palestrina, maestro de la polifonía religiosa


Las letras renacentistas tuvieron en Francia a autores como Francisco Rabelais (Gargantúa y Pantagruel) y Pedro Ronsard (Odas) como fieles representantes. En Inglaterra, los conflictos internos de la isla y su aislacionismo retardaron la llegada del Renacimiento. Sin embargo, a finales del siglo XVI surgió la figura de William Shakespeare, quien fue capaz de expresar en sus obras dramáticas (Hamlet, Macbeth, Ricardo III, El Mercader de Venecia, entre otras) las grandes pasiones humanas con gran vigor y con un manejo extraordinario del idioma inglés.
Pronto el Renacimiento traspasó las fronteras de Italia y se extendió por casi toda Europa.

 

Lope de Vega
En España, donde su influencia fue más tardía y adquirió un tinte marcadamente religioso, dejó sus huellas en el austero palacio El Escorial, obra de Juan Herrera, y en las pinturas del Greco (Entierro del Conde de Orgaz) y Diego Velásquez (Las Meninas), como también en las obras literarias de Lope de Vega (Fuenteovejuna), Calderón de la Barca (La vida es sueño) y Miguel de Cervantes (Don Quijote de la Mancha).
En Alemania destacaron el grabador y pintor Alberto Durero (La fiesta del Rosario), además del flamenco Pieter Brueghel el Viejo y del holandés Bosch o El Bosco.
La ciencia tampoco escapó a la influencia del Renacimiento, ya que las ideas que lo sustentaban también se aplicaban a esta área del saber humano. Así es como el astrónomo polaco Nicolás Copérnico concluyó que la Tierra no era el centro del universo y que giraba en torno al Sol; el belga Andrés Vesalio desarrolló la anatomía y el español Miguel Servet descubrió la circulación pulmonar de la sangre.


LOS INICIOS DEL CAPITALISMO




Durante los siglos XV y XVI se fue formando uno de los aspectos principales del mundo moderno, el capitalismo. De a poco fueron formandose compañías privadas que crearon una nueva manera de intercambiar bienes. Además, se prestó a interés lo que llevo a la formación de grandes fortunas.

Formación de compañías

Una aspecto principal para el desarrollo del capitalismo fue la formación de compañías privadas, las que serían el núcleo de este nuevo sistema. Estas compañías se constituyeron con una unidad jurídica cuyo capital social era distinto al patrimonio de los socios. El negocio de estas compañías era el comercio, pero durante el Renacimiento se dedicaron además al préstamo a interés.
Con el negocio bancario surgieron grandes familias que dominaron el crédito llegando a ser prestamistas de los papas, reyes y emperadores. Financiaron las guerras y a los nuevos Estados.

El descubrimiento de grandes minas de plata en Europa Central y la llegada de oro y plata de América hicieron posible que aumentaran las monedas en circulación, es decir, la monetarización de la economía.

La producción
Las nuevas compañías no sólo se limitaron al comercio y al crédito, sino que también se dedicaron a la producción. Las compañías se dedicaron a la industria doméstica, esta consistía en distribuir materia prima en los hogares de las aldeas, para luego pasar a retirar los products terminados. Fue así como creció la industria textil de la lana que fue muy importante en la época.
Las necesidades bélicas de los Estados llevaron al desarrollo de la industria de la fundición y forja de hierro, que eran necesarios para armar ejércitos y escuadras

SURGIMIENTO DE LAS MONARQUÍAS CENTRALIZADAS

Los felices Reyes Católicos 

Las monarquías centralizadas surgieron entre los siglos XIV y XV cuando los reyes aprovecharon la crisis que vivía el feudalismo para retormar el poder que habían perdido durante la Edad Media.
En estos años los reyes negociaron con los señores feudales que transaron sus derechos individuales sobre sus feudos a cambio de obtener ciertos privilegios.
Durante estas disputas los reyes establecieron distintas alianzas políticas con la burguesía y el Papado.

En España los Reyes Católicos contaron con el apoyo del Papa y de la burguesía para realizar la Guerra de la Reconquista y así expulsar definitivamente a los musulmanes del territorio peninsular.
En Inglaterra el rey Enrique VII sometió a la nobleza luego de la guerra civil "De las Dos Rosas".
En Francia la monarquía se impuso luego del fin de la Guerra de los Cien Años en la que los ingleses fueron expulsados de su territorio.
Elementos y funciones
Las monarquías centralizadas contaron con una serie de elementos que hicieron posible la mantención del poder del rey. El más importante de estos fue la creación de un ejército permanente que permitió resguardar los territorios y mantener el orden.

Entre las funciones de la monarquía se encontraban: administración de justicia, recaudación de impuestos y la mantención del sistema de aduanas y control comercial.
Finalmente los reyes establecieron una legislación común en todos sus territorios y un idioma oficial.

MONARQUÍAS ABSOLUTAS (SIGLO XVIII) dieciocho para los que no saben números romanos




Las monarquías absolutas fueron el resultado del creciente poder que fueron adquiriendo los reyes a lo largo de los siglos XV, XVI y XVII.
En este tipo de régimen el monarca junto a su corte controlaron todos los ámbitos del gobierno, incluyendo los relativos a la creación de leyes como a la aplicación de justicia.

Para justificar el poder que adquirió el monarca surgió la teoría del origen divino de lo reyes. Esta teoría señalaba que Dios le había dado el poder al rey, por lo que el poder ilimitado de los reyes no podría ser cuestionado.

A la vez, el rey gracias al derecho divino sólo respondía ante Dios de sus actos. Esta teoría fue creada con el objetivo de mantener el orden interno en los países.
España y Francia
En España, Carlos V asumió el título de emperador en 1519, bajo su dominio estuvieron el Sacro Imperio Romano-Germano, América, Austria, Borgoña y los Países Bajos. A su muerte su hijo Felipe II heredó la corona de España y los Países Bajos.

El mejor ejemplo de una monarquía absoluta fue lo ocurrido en Francia, el absolutismo en ese país alcanzó su máximo explendor con los monarcas de la dinastía borbónica para terminar abruptamente con la Revolución Francesa.

Inglaterra
El caso de Inglaterra es distinto al del resto de los Estados Europeos. En él los poderes absolutos se dieron principalmente en el rey Enrique VIII y su hija la reina Isabel, ambos gobernaron durante el siglo XVI, mucho antes del absolutismo en el resto de Europa. Ya para el siglo XVIII había una monarquía que limitaba su poder en el parlamento, siendo este último el que realmente tenía el poder. Esto se produjo como resultado de la guerra civil que afectó a Inglaterra entre 1642 y 1648 en la que se enfrentaron los puritanos con las tropas del rey Carlos I. En esta ganaron los puritanos que tenían el control del parlamento.