lunes, 7 de febrero de 2011

LA REVOLUCIÓN FRANCESA "CAUSAS"

CAUSAS DE LA REVOLUCIÓN FRANCESA

En estas breves líneas pretendemos tratar las razones que llevaron al acontecimiento considerado por muchos historiadores como el más importante de la era contemporánea, la Revolución Francesa. Ante un fenómeno tan complejo como la Revolución Francesa, los historiadores han propuesto una gama variada de razones para explicarla. A continuación se expone un resumen de las principales.


CAMBIOS EN LAS IDEAS

En primer lugar no deben dejarse de lado las causas ideológicas, pues el siglo XVIII conoce grandes transformaciones intelectuales. Si en el siglo XVII se había iniciado la llamada revolución científica, durante el siglo XVIII surge en Francia un nutrido grupo de pensadores que se adhieren a las teorías de la filosofía empirista y creen que la razón humana resolverá muchos de los problemas que complican la vida de los seres humanos, estos pensadores serán llamados ilustrados y el siglo XVIII es conocido, entre otras cosas, como el siglo en el que se desarrolló el movimiento filosófico denominado la Ilustración.

TRANSFORMACIONES SOCIALES

Un segundo tipo de causas de tipo social ha sido explicado por los historiadores haciendo referencia al fuerte crecimiento demográfico que conoce Francia durante el siglo XVIII. El aumento de la población, parece que produjo en ocasiones escasez de alimentos, haciéndose muy  frecuentes las crisis de subsistencias , y un crecimiento del número de pobres.

Además, la llamada sociedad estamental se encontraba en crisis ante el empuje de la burguesía, grupo social cuyo papel económico no para de crecer, y que, sin embargo, ve como su fuerza política es muy reducida, ante los deseos de la nobleza de ejercer un verdadero monopolio de los cargos del estado.

Por tanto el descontento social de la burguesía y del campesinado (por diferentes razones), se convertirán en fuerzas impulsoras de la revolución.

Por otro lado trataremos las causas políticas de la revolución, centradas en torno a la crisis de la monarquía, atrapada ante los problemas presupuestarios del estado, esto es la existencia de un enorme déficit en las cuentas del estado: si quiere recaudar más impuestos debería cobrárselos a los privilegiados, pero esto significaría acabar con un sistema basado, precisamente, en el privilegio, y enfrentaría al monarca con las muy poderosas nobleza e iglesia. De hecho, como veremos, este será el problema que actuará como detonante de la revolución.

CRISIS ECONÓMICA Y CRISIS FISCAL

Dormitorio de la reina en Versallles
Diferencia de vida entre clases sociales
También hemos de citar las causas económicas que están detrás del estallido revolucionario francés. Así sabemos que en vísperas del estallido de la Revolución la economía francesa no pasaba por buenos momentos. La circunstancia de fondo era la mala situación de la agricultura, sector responsable entonces de, quizás, dos tercios de la riqueza de Francia. Los años 1787 y 1788 se caracterizaron por desfavorables condiciones meteorológicas que van a poner en marcha una durísima crisis de subsistencia: los agricultores privados de ingresos suficientes dejan de comprar productos industriales e incluso muchos de ellos se ven obligados a recurrir a la mendicidad o a la caridad en las ciudades próximas. La caída de la demanda de productos industriales significa paro y pobreza para los trabajadores de pequeños y grandes negocios manufactureros. La escasez conducirá a la escalada de precios y con esta llegará el descontento social de los grupos más desfavorecidos.

Con todo, muchos historiadores han dado más peso como causa económica de la revolución no a la crisis agraria, sino a la crisis fiscal por la que pasaba el estado francés. Así es sabido que desde hacía décadas la hacienda francesa era incapaz de recaudar con sus impuestos las cantidades que se gastaban.

 Estos déficit públicos crónicos se vieron agravados por las guerras en las que se vio envuelta Francia contra Inglaterra, incluyendo los préstamos a los rebeldes de las colonias de Norteamérica que fundarán los Estados Unidos de América al independizarse de los ingleses, y llevaron a un enorme crecimiento del endeudamiento del estado. El pago de la deuda pública llegó a superar la mitad del presupuesto estatal.

Además cuando alguno de los ministros de Hacienda, como fue el caso de Turgot, proponía reformas que parecían dirigidas a terminar con el privilegio de la Iglesia y la nobleza (no pagaban impuestos), las presiones de la Corte condujeron a su cese por el Rey. Por eso si en los años setenta la situación era ya de auténtica bancarrota, continuó agravándose.

De la delicada situación puede dar una prueba que a pesar de los ceses, los siguientes ministros seguirán proponiendo reformas semejantes, hasta que un nuevo ministro de economía, Calonne, volverá a proponer ya en 1786 una reforma de los impuestos que incluiría como contribuyentes a los miembros de la nobleza y de la iglesia. Este proyecto fue rechazado en 1787 por una Asamblea de representantes de los privilegiados. Para algunos historiadores ese momento puede ser considerado el verdadero comienzo de la Revolución Francesa, pues con la llamada revuelta de los privilegiados se inician los cambios que alterarán de manera radical las leyes francesas.

LOS ESTADOS GENERALES: LA REVUELTA DE LOS PRIVILEGIADOS

Los Estados Generales
Ante las presiones de los Privilegiados Luis XVI se vio obligado a convocar  los Estados Generales (no se convocaban desde hacía más de un siglo), organismos que representaban por separado a los tres estamentos del Reino, la nobleza, la iglesia y el pueblo o Tercer Estado. Su reunión se realizaría a comienzos de mayo de 1789. Desde mucho antes de realizarse su reunión comenzaron los problemas, pues mientras los miembros del Tercer Estado pedían una reunión conjunta de los tres estamentos y que se votase individualmente, los estamentos privilegiados querían una reunión en cámaras separadas y que cada grupo dispusiese de un único voto.

 Al mismo tiempo que por toda Francia cada comunidad debería designar a sus representantes, se preveía la realización de los llamados Cuadernos de quejas  (“cahiers de doléances”) en los cuales cada comunidad debía expresar las reivindicaciones que luego cada diputado debería trasladar al Rey. La mayoría de ellos fueron redactadas por miembros de la burguesía, aunque también hay ejemplos de algunas redactadas por clases más bajas .  Además de estos cuadernos, Francia se vio inundada por numerosos panfletos de carácter político. Quizás el más conocido sea el redactado por Sièyes y titulado ¿Qué es el Tercer Estado? . En esta obra Sièyes concluye que desde el punto de vista político el Tercer Estado, la inmensa mayoría de la nación francesa, formado por quienes trabajan y sostienen con sus impuestos el estado, deben tener en sus manos el control político de Francia.

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